Como la col­oración «bal­ayage» no se apli­ca des­de la raíz, se evi­ta ese anti­estéti­co con­traste provo­ca­do por el crec­imien­to del pelo. Además, a difer­en­cia de las mechas clási­cas, la apli­cación se real­iza a mano alza­da, con lo que los refle­jos son mucho más aleato­rios y el acaba­do, más nat­ur­al

El hecho de que las mechas «bal­ayage» no se apliquen des­de la raíz per­mite espa­ciar las vis­i­tas a la pelu­quería, ya que se evi­ta el efec­to raíces oscuras.

No solo las mele­nas rubias o cas­tañas claras son apropi­adas para la col­oración «bal­ayage». Cada vez más, las mujeres con mele­nas oscuras recur­ren a esta téc­ni­ca para ilu­mi­nar y dar vida a su mele­na con tonos carame­lo e inclu­so cobri­zos.

Con las mechas tradi­cionales la mitad infe­ri­or de la mele­na acaba­ba por decol­orarse casi por com­ple­to tras un buen número de apli­ca­ciones. Esto no ocurre con las mechas «bal­ayage», que se apli­can a mano alza­da con cepil­lo o peine en pun­tos estratégi­cos de la mele­na, difer­entes cada vez.

Con un estu­dio apropi­a­do de «visajis­mo» un estilista podrá deter­mi­nar cuáles son los pun­tos de la mele­na que con­viene ilu­mi­nar para favore­cer al ros­tro. Ahí es donde se apli­cará la col­oración «bal­ayage». Es lo que se cono­cer como «hair con­tour­ing». Además, como este tipo de mecha no se oxi­da, el col­or se mantiene bril­lante y lumi­noso entre apli­ca­ciones.